JAMMU Y CACHEMIRA
Una bomba de relojería en el Himalaya
Por SONIA APARICIO
FICHA



Nombre oficial:
Jammu y Cachemira
Capital:
Srinagar (verano);
Jammu (invierno)
Sistema de gobierno:
Es uno de los 29 Estados que integran la República Federal de la Unión India. Al frente figura un Gobernador (designado por el presidente indio para cinco años) una Asamblea Legislativa (que se disuelve cada 5 años) y un Consejo Legislativo (sin plazo de disolución)
Jefe del Estado: Abdul Kalam, presidente de La India desde el 18 de julio de 2002
Primer Ministro indio:
Manmohan Singh, desde mayo de 2004
Gobernador cachemir:
Sriniwas Kumar Sinha, desde el 4 de junio de 2003
Primer Ministro cachemir:
Sh. Mufti Mohd Sayeed
Población: 10.069.917 (2001)
Superficie: 206.703 km²
Idioma:
hindi (oficial), inglés y varias lenguas y dialectos regionales (urdu, kashmiri, dogri, pahari, Ladakhi)
Religión:
musulmana (80%) e hindú (20%)
CONFLICTO
Desde 1947, reclama su adhesión a Pakistán. En los años 90 surgen grupos separatistas que reclaman la independencia.

El control de Jammu y Cachemira ha provocado dos de las tres guerras (1947, 1965 y 1971) que han librado La India y Pakistán desde su independencia. Hace ya casi seis décadas que grupos separatistas propaquistaníes combaten con las fuerzas indias en plena cordillera del Himalaya, a más de 6.000 metros sobre el nivel del mar. El conflicto ha adquirido una nueva dimensión en los últimos años, ya que ambos países, potencias atómicas en 'igualdad de condiciones' desde 1998 —La India ya había realizado su primera prueba nuclear en 1974—, han hecho continuas demostraciones de fuerza frente a su rival.

Tras la división de la India colonial en 1947 en dos Estados, La India y Pakistán, ambos reclamaron el control de Cachemira, paso estratégico a través del Himalaya a todo el subcontinente. Según el acuerdo de partición, los principados de la India británica podrían decidir su anexión a uno u otro Estado, según sus características geográficas, étnicas y religiosas. El marajá hindú de Cachemira —a pesar de que la mayoría de sus 'súbditos' eran musulmanes— recurrió a Nueva Delhi para frenar a las guerrillas paquistaníes, y el 27 de octubre de 1947 firmó su adhesión 'provisional' a la Unión India. El Gobernador británico recomendó que la incorporación definitiva se realizara tras un plebiscito que nunca ha llegado a celebrarse.

El conflicto acababa de empezar. La primera guerra indo-paquistaní terminó en enero de 1949 con más de un millón de muertos. La ONU trazó entonces una línea de armnisticio que dividía la región en dos (Azad Cahemira, al norte, controlada por Pakistán; y Jammu y Cachemira, al sur, bajo gobierno indio), a la espera del plebiscito. Pero en 1957, la India se anexionó 'su' zona. Por si fuera poco, en 1962 China ocupó la región budista de Aksai-Chin. En 1965, las continuas reclamaciones soberanistas provocaron una segunda guerra (la tercera fue en 1971 en el Pakistán oriental, que apoyado por Nueva Delhi se independizó como Bangladesh). En 1971 una nueva Línea de Control (LOC) establecía ciertos cambios sobre la de 1949. El compromiso de alto el fuego y de búsqueda de diálogo sellado en el acuerdo de Simla (1972) quedó durante décadas en simple papel mojado.

El fundamentalismo islámico aparece en escena a finales de 1989. Los independentistas, agrupados en la alianza Hurriyat ('Libertad') —en la que destaca el Frente de Liberación de Jammu y Cachemira (JKLF)—, combaten contra los grupos propaquistaníes, encabezados por Hizb-ul Muyahidin ('Combatientes de Dios'), y ambos se enfrentan, a su vez, al Gobierno de Nueva Delhi, que acusa a Islamabad de alentar, entrenar y financiar a los terroristas islámicos que operan en la Línea de Control.

En 1998, La India realizó hasta cinco pruebas nucleares, contestadas por otras tantas desde Pakistán. Las continuas escaramuzas en la frontera y los ensayos nucleares de ambas potencias, que estuvieron a punto de desembocar en una nueva guerra en 1999 y en 2002, han convertido a Jammu y Cachemira en uno de los puntos más calientes del planeta.

Los gobiernos de La India y Pakistán han tratado de poner fin a esta frágil situación con el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas, anunciado en mayo de 2003, y respaldando un alto al fuego bilateral en noviembre de ese mismo año. Además, en enero de 2004, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, y el entonces primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, volvían a reunirse por primera vez desde 2001. Y Musharraf continuó el acercamiento en sucesivos encuentros con Manmohan Singh, sucesor de Vajpayee. A pesar de que ambos países han continuado con sus ensayos nucleares, el primer gesto de buena voluntad llegaba en junio de ese mismo año, con el anuncio de que La India y Pakistán reabrirían sus respectivas embajadas en Bombay y en Karachi tras casi seis décadas de conflicto.

En abril de 2005, ambos países daban un nuevo paso adelante, con el establecimiento de una línea de autobuses entre las zonas india y paquistaní de Cachemira, incomunicadas durante décadas. Pero a pesar de los gestos de acercamiento de ambas potencias, la negativa de Nueva Delhi a negociar cualquier cambio en las actuales fronteras internacionales, las aspiraciones independentistas y los ataques de los militantes islámicos demuestran que la estabilidad aún está por llegar.

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